La apariencia va de la mano con nuestro estado emocional; el sentirnos bien depende de la circunstancias y del entorno donde nos desenvolvemos; es momentáneo, podemos pasar de estar felices a tristes; esto afecta nuestro aspecto físico, en lo que respecta lo superficial “es lo que ven los demás a simple vista de cada individuo”.
Cuando el ser humano se siente en plenitud transmite buena vibra, se ve atractivo, camina seguro y realiza sus actividades con eficiencia, en cambio si esta triste o enojado no rinde en sus actividades cotidianas, suelen tratar mal a las personas a su alrededor o contagian melancolía.
He de destacar que las personas valemos más de lo que tenemos puesto, no obstante vivimos en una sociedad donde lo primero que ven los demás de ti es lo que llevas puesto, así que deja a un lado el negro y el gris; pon creatividad y busca tu propio estilo, uno que sea acorde al lugar donde te desenvuelves.
Deja de andar en pijama todo el día, libérate de los malos recuerdos. Renueva tu look, ve de shopping, cuida de tu piel con mascarillas o hazte un corte. Ser tú misma es de suma importancia para sentirme bien, incrementa tu autoestima, sal a la calle a robar miradas, has tus acciones con amor y sé feliz.
Existen investigaciones donde los individuos mejor vestidos consiguen mejor trato por los demás, en cambio las personas con muchas prendas, ropa sucia o en mal estados reciben rechazos; aunque suene un poco mal es la realidad. Tú transmite gran parte de tu personalidad en tu closet, por lo tanto ajústalo.
La vida es una sola no pierdas el tiempo; realiza actividades que te relajen como el yoga, haz ejercicio por tu salud y físico, asiste al médico con regularidad,cultiva tu autoestima… verte bien hace un 60% del trabajo, el resto lo hace tú actitud. Todo lo que haces te convierte en lo que eres.