En los primeros años de un niño ellos aprenden a gritar, saltar, gatear, correr, caminar, pintar o hasta ir al baño solitos y en el camino de su crecimiento puede sentir curiosidad por sus orejas, por su lengua, por dedos de los pies y también por sus genitales cuando deja de usar pañales.
Los niños pequeños también se «masturban» como lo pueden hacer tanto los niños más grandes como los adultos por “placer”, la exploración del cuerpo es parte del crecimiento. Esto se le conoce como «juegos sexuales infantiles» que significa tocar los genitales con las manos para provocarse sensaciones agradables, sin ningún contenido erótico, usualmente la característica principal es que lo hagan distraídos mientras juegan o ven televisión. Si usted observa algo adicional en su conducta como posiciones sexuales, movimientos que imiten el acto sexual, eso podría ser señal de que ha estado viendo o presenciando contenido no acorde a su edad.
Si la conducta está dentro de lo sano, solo se debe evitar que sea reiterativa o la única del niño o niña, para ello no regañe, ni pegue ni utilice verbalizaciones como «pervertido» entre otras, simplemente distraigalo y observe. El toque constante de los genitales también podría ser una infección urinaria o irritación en la piel, esté atento.
La Academia Americana de Pediatría señala “que el infante que se estimula sus genitales constantemente o de forma excesiva, podría ser un signo de ansiedad, de agobio emocional, o tal vez no recibe suficiente atención en casa”.
Lo importante es mantenerse informados y llevar la crianza respetuosa de la mano de un pediatra sensibilizado con el tema que les otorgue la guía adecuada en el proceso de desarrollo, crecimiento y educación del niño o adolescente.