Los acuerdos de fidelidad son fundamentales para la supervivencia sana de cualquier relación de pareja. Nunca dejar sobreentendida
la fidelidad ya que nuestros conceptos personales suelen ser muy amplios y diferentes y al suponer ideas genéricas podemos exponer nuestra relación a un abismo.
La fidelidad no ha pasado de moda ni es cosa de viejos y aburridos, por el contrario, es tomada como un acto de madurez, honestidad y como una de las mayores decisiones que podemos tomar en nuestras vidas al decidir estar en pareja.
¿Qué nos garantiza la fidelidad? Muchas son las respuestas a esta simple pregunta. En primer lugar nos garantiza exclusividad. Cuando uno ama al alguien lo quiere disfrutar por entero y sin compartirlo, este es el deber ser, así que podría estar garantizado, es importante resaltar que exclusividad no es esclavitud ni subyugación, es amor entregado no solo con el corazón, también con la cabeza y la razón.
En segundo lugar, los acuerdos de fidelidad nos impulsan a ser muy creativos para mantener siempre la llama viva. Esto simplemente refrenda el compromiso inicial de estar juntos, si decidiste estar con alguien, también debes ser ingenioso para que los conflictos pasen rápido, los momentos felices sean eternos y reine la paz. No hace falta tener mucho dinero o recursos, ser creativo implica usar todo lo que tengas a tu alcance para genera soluciones originales y divertidas.
En tercer lugar y muy importante, la fidelidad te da vida y salud, no hay riesgos de Infecciones de Transmisión Sexual y el riesgo se minimiza. Si estás en control de embarazo, esa debe ser la única previsión a tomar en cuenta. Las sospechas de infidelidad se convierten en un monstruo saboteador del placer, la tranquilidad y la buena comunicación. A la mujer le afecta directo en el deseo sexual y en su activación sexual, es decir, no siente NADA de ganas de tener intimidad. En el caso del hombre afecta su ego y directamente su virilidad, es decir, se siente inseguro, no deseado y eso en muchas ocasiones se traduce en fallas de sus erecciones, hecho que golpea su masculinidad.
Este punto tres es uno de los más importantes, las implicaciones de la infidelidad: físicas, mentales y emocionales, son aspectos que han sido subestimados por los seres humanos por años. Tener un “segundo frente” como se le llama en Venezuela, es para muchos, cuestión de necesidad y honor, e incluso hay muchos que aseguran que nacieron así, con la necesidad de tener varias mujeres.
Las mujeres en este aspecto, galantean de sus dotes “nosotras también somos infieles pero sabemos hacerlo a diferencia de ellos”, queriendo decir que ellos se delatan y las mujeres no. Ambas actitudes son completamente saboteadoras de la paz y la tranquilidad de la pareja. Si tu modo de vida es éste, itinerante, saltas de una pareja a otra o a varias, entonces habla claro desde el principio sobre tus gustos y que la otra persona decida si te acepta o no. Dañar a los demás es inaceptable, dañar a tu pareja es completamente inhumano y violentador. La pareja es aquella persona que deposita en ti su confianza y en especial su intimidad con sus debilidades y fortalezas. Si no quieres estar en una relación comprometida entonces habla y con respeto sal de ahí.
Alfonso López, miembro de la Real Academia Española (RAE) nos hace una aclaratoria de términos: “Se confunde, a menudo, la fidelidad y el aguante. Aguantar significa resistir el peso de una carga, y es condición propia de muros y columnas. La fidelidad supone algo mucho más elevado: crear en cada momento de la vida lo que uno, un día, prometió crear. Para cumplir la promesa de crear un hogar con una persona, se requiere soberanía de espíritu, capacidad de ser fiel a lo prometido aunque cambien las circunstancias y los sentimientos que uno pueda tener en una situación determinada. Para una persona fiel, lo importante no es cambiar, sino realizar en la vida el ideal de la unidad en virtud del cual decidió casarse con una persona. Pero hoy se glorifica el cambio, término que adquirió últimamente condición de «talismán»: parece albergar tal riqueza que nadie osa ponerlo en tela de juicio. Frente a esta glorificación del cambio, debemos grabar a fuego en la mente que la fidelidad es una actitud creativa y presenta, por ello, una alta excelencia”.
Si ya la infidelidad está o estuvo presente y hay un propósito de enmienda, es decir, quieren perdonar y seguir juntos, aquí les dejo algunas recomendaciones importantes:
1. Aclara tu mente: la rabia, el dolor y el rencor, nublan el entendimiento. Busca la forma de enfriar los pensamientos y sentimientos y propicia el diálogo para decidir lo mejor para ambos.
2. Necesitas tiempo. Nadie puede obligar a alguien a decidir el ritmo de sanación. Las heridas de infidelidad tardan tiempo en sanar. Tienes el derecho y el deber de tomar el tiempo que necesites.
3. Asume la realidad. No evadas, no minimices lo que ocurrió, asúmelo y llámalo por su nombre; pide consejos y busca ayuda de especialistas si es necesario, la tarea es sanar y perdonar.
4. Reconstruye tu autoestima. Es importante renacer desde las cenizas y amarte a ti mismo de nuevo.
5. Vuelve a amar. Date el permiso de amar de nuevo con tu pareja o empezando un nuevo ciclo.
Sonríe siempre. Nada malo es eterno. Tarde o temprano saldrá el sol de nuevo. Perdónate, ama y sonríe. Hasta la próxima.