Antes de iniciar con este tema debes saber que ignorar nuestros sentimientos negativos nos destruye. Ejemplo, cuando tratamos de no experimentar tristeza, casi por forma de magia, la tristeza suele aumentar.
En pocas palabras, suprimir emociones o sentimientos tiene el efecto contrario. Al evadir situaciones negativas, la intensidad, frecuencia y duración de nuestros estados emocionales aumentan.
Para comprobar esta información, se realizó un estudio clásico en 1984, en donde a los participantes se les solicitó no pensar en un oso blanco durante un tiempo determinado.
En el caso de llegar a pensar en él tendrían que tocar una campana. Lo que ocurrió segundos después es que las personas que participaron en el estudio no pararon de tocar la campana.
Y eso que imaginarse en un oso blanco podría ser un pensamiento prácticamente imposible durante nuestra cotidianidad.
Por ello, si a la pregunta inicial no supiste cómo responder motivado a la cantidad de veces que evadiste tus emociones para no sentir dolor, necesitas ayuda de un profesional.
El primer paso para gestionar tus emociones recae en aprender a aceptarlas para posteriormente regularlas con eficacia.