Muchas cosas nos dicen cuando arrancamos una relación, en especial cuando nos casamos. Mitos, cuentos, experiencias ajenas, todo el mundo quiere darte un consejo distinto, incluyendo aquellos que son fatalistas sobre la duración de la relación.
Tener presente que todo depende de cuán comprometidos estén ambos dentro de la relación, será primordial para sobrevivir a lo inconvenientes.
A continuación les presento extractos de un artículo de la sexóloga puertoriqueña Alessandra Rampolla sobre este tema.
“Si pasas los tres meses lo lograste”. ¿Cuántas veces habremos escuchado esa frase de boca de una amiga? Pues, algo de cierto hay en ella… Durante los primeros cien días de relación la pareja vive en un clímax constante. No pueden quitarse ni los ojos ni las manos de encima. Y todo conduce al mismo lugar; la cama. Si el sexo es bueno, en ese tiempo poco importa si somos capaces de compartir otra cosa fuera de la habitación. A su vez que ciertos hábitos raros o inusuales del otro, pueden parecernos tiernos, ¿pero qué sucederá cuando la pasión le ceda su lugar a la razón?
Una investigación realizada por la Escuela de Medicina Albert Einstein, en Nueva York, estudió cómo reaccionaba el cerebro de un grupo de recién enamorados, hombres y mujeres, cuando se les mostraba una foto de su persona amada. ¿El resultado? Una intensa activación del circuito del placer, incendiado por dosis extraordinarias de hormonas que explicarían las respuestas típicas del enamoramiento. Liberación de dopamina, hormona responsable de la sensación de placer; testosterona y estrógenos, que aumentan la libido; norepinefrina, causante del estado de insomnio, la pérdida de apetito, ansiedad y taquicardia; y vasopresina, que se activa durante el contacto sexual. A la vez que los niveles de serotonina, un neurotransmisor con efecto calmante, caen en picada durante los primeros 100 días y se produce una especia de apagón en la corteza pre frontal, una de las áreas encargadas del sentido común y de la capacidad para discernir entre conveniente e inconveniente. Esto explicaría por qué perdemos los estribos y nos dejamos llevar por el placer…
Sin embargo, una vez que pasamos los cien primeros días, la pasión cede su lugar al juicio. Y ese hábito del otro que en su momento considerábamos tierno comienza a molestarnos, por ejemplo. Así como el hecho de no tener otros puntos en común, como la cama, nos pesa y nos damos cuenta de que una pareja necesita algo más para sostenerse. ¡O bien puede suceder todo lo contrario! Y descubrimos que nos gustaría mantener una relación a largo plazo. De ser así, pasaremos a la intimidad.
Si bien cien días son pocos para el amor, se irá generando un vínculo de confianza, el contacto físico estará más cargado de sentimientos e irá perdiendo un poco ese tinte carnal. Sería interesante que pudieran convivir la pasión de la primera hora con la convivencia y el amor responsable, ¿verdad? ¡Nada es imposible! Pero requiere de cierto trabajo. Miren estos consejitos para que el fuego de los primeros cien días siga vivo indefinidamente:
No caer en el desaliño, ni el desgano, ni la ordinariez tanto propios como en el trato hacia nuestra pareja.
Mantener los gestos vehementes e impulsos de los primeros cien días.
Crear el ambiente adecuado al momento de tener sexo con detalles, bellas palabras y un trato exquisito.
Hacer que nuestra pareja se sienta segura y sentirnos seguras con ella.
Estar siempre dispuestos para pasarla bien, para divertirnos y reírnos.
Sorprender, sorprender, ¡y sorprender!
Animarse al lenguaje hot. Hay quienes prefieren palabras más fuertes y quienes, más cariñosas. Puedes decirlas en la cama, mandarle un mensajito de texto o por teléfono. ¡Hoy contamos con tantísimos medios!
Comunicar los deseos y preocuparse por averiguar los de nuestra pareja.
Estar abiertas a experimentar.
Sacarte de la mente cualquier complejo sobre tu físico y disfrutar.
Pueden poner en práctica algunas metas personales para mantener la llama encendida:
Mente positiva: focalízate en lo positivo porque lo negativo, poco a poco, tiende a teñir con su negatividad incluso las cosas que están bien. Además, ¿qué tiene de erotizante una persona que vive quejándose? ¡¡¡Nada!!! Nuestro apetito sexual se alimenta de lo positivo. Si te la pasas todo el día refunfuñando tampoco tendrás ganas de lanzarte sobre tu pareja al final del día.
Recupera el tiempo perdido: haz una lista con todas las actividades que realizas a diario y calcula cuánto tiempo te lleva cada una de ellas. Luego, haz otra lista con aquellas cosas que te gustaría hacer, pero que no encuentras el momento, y estima cuánto tiempo te llevarían. ¡Incluye el sexo!.
Mantente en forma: el ejercicio te hará sentir sexy y con energía.
Prohibido ver televisión en el cuarto: enemigo número uno de la intimidad.
Prioriza a tu pareja: no te sientas culpable si no le dedicas tu tiempo exclusivo a tus hijos, necesitas espacio específico y especial para estar en pareja, a solas y sin interrupciones.
Planifíquense: hacer agenda de escapadas a solas es súper útil cuando se tienen hijos o se vive en casas familiares. Hagan planes y cúmplanlos al pie de la letra, desconectados de la rutina.
Con pequeños arreglos, se pueden lograr espacios muy satisfactorios en pareja.
Escríbeme: gentesaludableradio@gmail.com. Sonríe siempre. Hasta la próxima.