Desarrollar la confianza padres-hijos es una de las tareas más duras, ya que es muy difícil hacer esto sin intentar parecer un desesperado, no debemos crear altas expectativas en cuanto a este tema simplemente debemos tener paciencia y dejar que poco a poco fluya una relación amena y de confianza.
- No presiones las cosas: deja que tu hijo poco a poco vaya aprendiendo a contarte sus problemas o su día es cuestión de paciencia, pregúntale pero no lo fuerces a contártelo, si no está de humor recuerda que mañana será otro día para hablar del tema.
- La comodidad es clave: que tu hijo se sienta cómodo de hablarte es tu responsabilidad, el rechazo a ciertos temas de tu parte puede hacer que pierda la confianza de contarte cosas importantes.
- No sobre-protejas a tu hijo: está bien cuidar de tus hijos, después de todo son nuestra vida, pero evita atosigarlos con tus preocupaciones, muchas veces sobre-protegerlos hace que se alejen sin que te des cuenta.
- Evita convertirte en su amigo/a: una buena relación padre-hijo debe estar conformada por respeto y autoridad, tener confianza no significa sacrificar estos dos elementos mucho cuidado con esto, siempre hará falta el respeto para una buena convivencia y la autoridad para evitar que caigan en malos hábitos.
- Pasa tiempo de calidad en familia: es necesario dar espacio a nuestros hijos para que poco a poco vayan haciendo su vida, pero nunca está demás dedicar un día a la semana para salir juntos o hacer alguna actividad divertida en casa.
- Abre un poco tu mente: los tiempos cambian y las personas también, evita demostrar tu molestia por temas que no te agraden, el hecho de que decida hablar contigo es un gran paso, aprende a comunicarte de manera agradable ante un tema incómodo, aconsejarlo sin regañarlo de manera brusca hará que a medida que vaya creciendo sepa que puede contar contigo en todo momento.
- Llama la atención sin exagerar: con gritos y violencia tu hijo no aprenderá nada bueno, todo lo contrario puedes generar traumas en él/ella, respira, piensa bien y habla de manera calmada sin perder la autoridad, no es malo llamar la atención, el error está en sobrepasarse en estos momentos en que nuestra adrenalina va aumentando con la molestia.